Este libro relata la historia de la restauración de la casa de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Dios siempre llamó a jóvenes para cooperar con el cumplimiento de Su voluntad eterna. Tanto Daniel como Zacarías, Pablo y Timoteo fueron jóvenes cooperadores de Dios que restauraron Su casa.
Hoy, Dios continúa llamando jóvenes que, gobernados por una visión celestial, estén dispuestos a edificar Su casa, que es la iglesia, cumpliendo finalmente Su voluntad eterna.