Este libro relata la historia de la restauración de la casa de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Dios siempre llamó a jóvenes para cooperar con el cumplimiento de Su voluntad eterna. Tanto Daniel como Zacarías, Pablo y Timoteo fueron jóvenes cooperadores de Dios que restauraron Su casa.
Hoy, Dios continúa llamando jóvenes que, gobernados por una visión celestial, estén dispuestos a edificar Su casa, que es la iglesia, cumpliendo finalmente Su voluntad eterna.
Aún, hasta el día de hoy, las parábolas de Jesús registradas en el capítulo trece del Evangelio según Mateo, son palabras difíciles de ser comprendidas. Sin embargo, cuando el autor asocio las siete parábolas con las siete iglesias de Apocalipsis.
(Ap 2-3) mucha luz se obtuvo. No obstante, él no se detuvo en su interpretación exegética, pero sí, en proporcionar experiencias y aplicaciones prácticas para la vida de los lectores.
Deseamos que usted, apreciado lector, con la revelación obtenida a través de la lectura de este libro, sea un canal más, para que juntos podamos entregar a Dios la iglesia que Él tanto desea, tendiendo en cuenta que Jesús dio a conocer los misterios del reino de los cielos solamente a sus seguidores más intimos (Mt. 13:10-11). ¡Sea usted uno de ellos!
El libro de Jeremías nos presenta tres revelaciones divinas: El manantial de aguas vivas, el Renuevo de justicia y el nuevo pacto. El manantial de aguas vivas, se refiere al suministro inagotable de Dios Padre; El Renuevo de justicia es Cristo y el nuevo pacto es la alianza que Dios hizo con Su pueblo mediante el Espiritu. Hoy, el Espiritu que vive en nosotros es la garantía de que podemos tener un vivir que agrada a Dios y que cumple Su propósito eterno.
A fin de que comprendamos lo que es el recobro orgánico es necesario conocer la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Pero para que el hombre conozca esta voluntad y sea llevado de vuelta a la condición original en que fue creado por Dios, necesita de la redención judicial.
Desde que él recibe la vida de Dios, se inicia un proceso donde esta vida quiere crecer hasta hacer de él un hombre de plena madurez. Esto es la salvación organica de Dios. A pesar de la caída del hombre, Dios no desistio de su proposito original y, así la Biblia es un registro de lo que Dios hizo para recobrar al hombre de nuevo para Sí. Él mismo como El Espíritu quiere entrar en el hombre como un río de agua de vida para llenarlo, y a través de romper la cascara exterior, esta vida pueda fluir. ¡Éste es el verdadero recobro!
